sábado, 23 de marzo de 2013

Castillos de arena


… donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. —Lucas 12:34
Cuando nuestros hijos eran pequeños, a mi esposa Martie y a mí nos encantaba ir de vacaciones a Florida a visitar a nuestros padres. Era especialmente maravilloso estar allí disfrutando del calor para tomarnos un breve respiro de la helada sensación térmica de la ciudad donde residíamos. Yo estaba ansioso por llegar para ir a la playa con un buen libro y relajarme. Pero mis hijos tenían otros planes: querían que los ayudara a construir castillos de arena. Con pocas ganas, me levantaba para ayudarlos; pero, al rato, estaba totalmente concentrado en la tarea. Antes de darme cuenta, había pasado horas creando un impresionante castillo… sin pensar que, poco después, la marea se llevaría todo mi arduo trabajo.
A menudo, cometemos el mismo error en la vida. Invertimos una gran cantidad de tiempo y energía construyendo nuestros pequeños «castillos» de cosas terrenales y regodeándonos en nuestros logros. Parece que todo vale la pena, pero, al final, no sirve para nada.
En Lucas 12, Jesús desafió a Sus seguidores a vender sus bienes y dar a los pobres: «porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (v. 34). En otras palabras, la manera de ocupar el tiempo y los recursos dice muchísimo sobre nuestra perspectiva eterna. Como expresa el antiguo himno: Solo una vida que pronto pasará; solo lo hecho para Cristo perdurará. Así que, ¿qué has hecho hoy que dure para la eternidad?
Dios desea que inviertas tu tiempo y tu tesoro en desarrollar Su reino, no el tuyo.

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